Con casi el 100% de las mesas escrutadas, la opción Rechazo alcanzó el 61.87% de los votos a la alternativa del Apruebo con 38,13%, de acuerdo a cifras publicadas por el sitio de internet del Servicio Electoral (Servel).

Tras una jornada que arrancó a primeras horas de la mañana, las mesas empezaron a cerrar a las 22 en todo el país, aunque lo habían hecho una hora más temprano en la austral región de Magallanes por diferencia horaria.

Se proyectaba una alta participación en el plebiscito, que tuvo lugar tres años después del estallido social que llevó a las multitudes a las calles para protestar contra la desigualdad.

Hace dos años, una aplastante mayoría de casi 80% había dado luz verde a la redacción de una nueva carta magna para reemplazar el texto vigente, heredado de la dictadura de Augusto Pinochet, aunque sometido a sucesivas reformas a lo largo de los años.

El presidente Gabriel Boric, votó por la mañana en su ciudad natal, Punta Arenas, y convocó para el lunes a los partidos políticos para dar continuidad al proceso constitucional.

"En los momentos difíciles que tuvimos como país, tomamos como camino, como opción, resolver nuestras diferencias y avanzar en más democracia", dijo el joven mandatario tras sufragar.

Los más de 3.000 centros de votación abrieron sin mayores contratiempos a lo largo del país para recibir a los votantes de un padrón de más de 15 millones de personas.

La convocatoria a las urnas fue masiva en una jornada de voto obligatorio, según las normas aprobadas para este proceso, ya que en Chile el voto es voluntario.

Independientemente del resultado, el proceso constitucional continuaría. Tras el rechazo, se podría reformar la constitución vigente debido a cambios recientes que rebajaron las mayorías necesarias, aunque Boric sostiene que se debe iniciar otro proceso de redacción para respetar la voluntad popular de que sea una asamblea electa para ese propósito la que escriba otra propuesta.