Los policías en activo, que llegaron a Posadas al mando de patrulleros desde varias localidades, se unieron a los retirados y a algunas familias que hicieron base en el lugar. Ramón Amarilla, un policía retirado y vocero de la protesta, advirtió anoche que la situación "cada vez se va a agravar más" si no se resuelven sus demandas. "Nosotros no resolvemos como corresponde desde acá no nos vamos a ir", afirmó Amarilla, quien, entre aplausos, insistió en el pedido de "un salario como corresponde" y el respeto de sus derechos. "La miseria nos está matando", añadió.
Amarilla hizo un llamado entre los policías activos, asegurando que "solamente unidos, todos, vamos a salir victoriosos y ninguno se va a entregar. Vamos a ir hasta las últimas consecuencias". Reafirmó la intención de los manifestantes de mantenerse firmes hasta lograr resultados positivos, y pidió "tranquilidad y paciencia" a sus compañeros.
El vocero también aclaró que la intención de la protesta no es deponer o intentar deponer a las autoridades legalmente constituidas. "Todo lo contrario", dijo, y lamentó que "tenemos cerradas las puertas para el diálogo". Amarilla subrayó que la situación es grave y afecta a todos los misioneros, reiterando la necesidad de abrir canales de comunicación.
Otro referente de la protesta, Germán Palavecino, calificó de "penosa" la resolución del Superior Tribunal de Justicia (STJ) que tildó los actos de los policías como "sedición". Palavecino exigió "el respeto del orden constitucional y de las instituciones", rechazando las acusaciones de sedición y defendiendo la legitimidad de sus reclamos. Confirmó, al igual que Amarilla, la intención de los manifestantes de continuar hasta las últimas consecuencias.
La manifestación, que captó la atención pública, pone de relieve la tensión entre el gobierno y las fuerzas policiales en Misiones, subrayando la urgencia de una resolución que aborde las demandas salariales y el respeto de los derechos de los trabajadores de la fuerza.