La ministra de Salud de la Autoridad Palestina, Mai Alkaila, acusó a Israel de "una masacre" en el hospital Al-Ahli al-Arabi.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo que "terroristas bárbaros" en Gaza habían atacado el hospital, no el ejército de Israel.

El portavoz del Ministerio de Salud, Ashraf Al-Qudra, dijo a primera hora del miércoles que cientos de personas habían muerto y que los equipos de rescate aún estaban retirando cadáveres de entre los escombros. En las primeras horas después de la explosión, un jefe de defensa civil de Gaza dijo que 300 personas murieron, mientras que fuentes del Ministerio de Salud cifraron la cifra en 500.

El portavoz militar israelí, el contralmirante Daniel Hagari, dijo a los periodistas que los cohetes disparados por el grupo militante Jihad Islámica Palestina pasaron por el hospital en el momento del ataque, que según dijo impactó en el estacionamiento de las instalaciones.

Otro portavoz israelí, el teniente coronel Jonathan Conricus, dijo a CNN que el ejército interceptó una conversación en la que los militantes reconocían un fallo de disparo. Dijo que el ejército publicaría una grabación de la conversación.

La Jihad Islámica negó que alguno de sus cohetes estuviera involucrado en la explosión del hospital, diciendo que no tenía ninguna actividad en la ciudad de Gaza o sus alrededores en ese momento.

La noticia de la masacre del Hospital Al-Ahli repercutió en los países del Medio Oriente, ciudadanos protestaron en las ciudades de Belén de Palestina, Siria, Estados Unidos, Canadá, Beirut del Libano, Israel, Ramallah de Cisjordania, Túnez, Amman, Irbid de Jordania y Egipto