Desde la Fundación 7mo Arte y el Cine Auditorium Espacio INCAA Mercosur participaron con "profundo dolor el fallecimiento del cineasta, socio fundador, maestro y amigo Julio Raúl Rodolfo Lencina (1939 - 2022)" y les dedicaron sentidas palabras con la que recorrieron sus comienzos, su llegada a Jujuy y el legado que deja para siempre:

"Con profundo amor, dolor, nostalgia, te despedimos Julio, maestro, compañero y amigo de quienes te conocimos y quedamos abrazados a vos, a tu pasión por el Cine. Todos nosotros miramos a través de tu lente, de tu forma de ver y sentir la profesión: cine y educación, transformación. Tu lente fue la Generosidad.

Para una generación de cineastas y militantes fuiste “El Negro” Lencina, un compañero de fierro en los años de plomo, que había estudiado en la mítica Escuela de Cine del Litoral, en Santa Fé, lugar donde naciste y donde nació el nuevo cine latinoamericano de la mano de su padre, el maestro Fernando Birri.

Ese Negro Lencina, moviéndose entre Santa Fe y Buenos Aires, fue foquista en “Palo y Hueso” de Nicolas Sarquis (1967), luego de “Operación Masacre” de Jorge Cedron en 1972 y cameraman en “Los Traidores” de Raymundo Gleyzer (1973). Luego vino una hija y también el exilio, primero en Perú y luego en Ecuador y Bolivia, participando en la fotografía de las producciones “Fuera de aquí” del Dir. Jorge Sanjinés (1977) y “Chuquiago” de Marcos Eguino (1977).

Con el regreso de la democracia, volviste a Argentina y llegaste a Jujuy como productor de “Ecos sobre los Andes”, cortometraje de Miguel Pereira, estrenado en el Cine Audiforium en 1983; y luego con las dos películas jujeñas que marcaron toda una época, “La deuda interna” (1987) y “La última siembra” (1990), dirigidas también por Miguel Pereira.

Acá fuiste y serás el profe Julio Lencina, ese profe universitario y cineasta de la vieja guardia, de la resistencia, que recorría la Facultad de Humanidades renegando por la falta de recursos para el taller de Producción Televisiva. Con historias de rodajes clandestinos y del exilio. Historias que no querías soltar del todo, por la pena que evocaban y por el miedo a los resabios represivos de la Argentina de los años 2000.

Por esa época te conocimos, en las manifestaciones de los movimientos sociales, "les presento al profe Lencina, cineasta prestigioso, premiado en Berlín" nos dijo un amigo. Al poco tiempo creamos la Fundación 7mo Arte y soñaste junto a nosotros con películas que nos representaran, que hablaran de esas personas que habías conocido todos esos años recorriendo Latinoamérica, el mundo y nuestra provincia.

Vinieron luego los rodajes de las serie El Viaje (2011), Manuel Belgrano (2013), las tremendas 24 hs de cine nacional, funciones para las escuelas en el Cine del Ministerio de Salud -que recuperamos para la exhibición-, y en cualquier espacio que se dispusiera para proyectar y compartir momentos.

Se nos viene a la memoria una Manka Fiesta distinta en La quiaca en 2010, con Chango Monti siendo homenajeado en el escenario y nosotros proyectando sus películas en el predio. La teoría y la práctica del cine puestas al servicio de la comunidad.

Te interesaba dejar algo para las y los jóvenes, algo que les diera herramientas para afrontar los cambios de paradigmas en el mundo. “Hay que endurecerse sin perder la ternura”, lo practicabas.

Pero nos dejaste más que eso: nos dejaste algo en qué creer, el recuerdo de las anécdotas más tristes del exilio, la memoria de tantos rodajes y directores de nuestro cine, los chistes de un humor particular, el amor en cada enseñanza y en la mirada, y tu Amistad.

Hasta siempre amigo y Maestro. No te olvidaremos compañero. ¡Que Viva el Negro Lencina, el compañero, el profe, el padre, el amigo! ¡Hasta la victoria siempre!