El coordinador nacional de la Tupac Amaru e integrante del Comité, Alejandro “Coco” Garfagnini fue el primer orador. Reclamó la libertad de Milagro y los otros siete presos políticos de la organización y advirtió que la dirigente social “está en una situación psicológica y física muy delicada”. En el fondo del auditorio del anexo del Palacio Legislativo de Montevideo, entre mate y mate, escuchaba atenta la vicepresidenta uruguaya Lucía Topolansky.
 
“Denunciamos con vehemencia la persecución política a la que está siendo sometida la parlamentaria Milagro Sala que, como lo han definido el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la ONU y la misma CIDH, por su liderazgo social, es una presa política”, dijo el diputado del Frente Amplio de Uruguay y del Mercosur Sebastián Sabini, quien leyó un documento firmado por el bloque progresista del Parlasur. “Existe una banca vacía por una decisión arbitraria e ilegal. Esa banca le corresponde a Milagro Sala”, agregó su par argentino Mario Metaza.
 
El ex jefe de Gobierno porteño e integrante del Comité Aníbal Ibarra hizo un análisis de las causas judiciales contra la organización: “Nadie tiene una condena firme. La persecución busca no solo destruir a la Tupac sino destruir anímicamente a los compañeros”. Y apuntó contra el juez Pablo Pullen Llermanos, quien hace dos semanas ordenó nuevamente el traslado de la dirigente social al penal de Alto Comedero. “Es el mismo juez que extorsiona personalmente y ofrece a imputados la libertad a cambio de que declaren contra Milagro”, sostuvo.
 
En esa línea, el abogado Eduardo Tavani, también integrante del Comité, sostuvo que “el mismo juez que cumplió a regañadientes la decisión de la CIDH” ordenó el operativo en el que Milagro “fue arrastrada y virtualmente secuestrada para ser llevada al penal de Alto Comedero, que la CIDH comprobó que era de alto riesgo para ella”.
 
“Siento que estoy en mi casa, pero también me siento en el exilio”, dijo a su turno Lita Boitano, presidenta de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, quien sostuvo que el avance del actual gobierno contra los derechos humanos había sido planeado antes que asumiera el presidente Mauricio Macri.
 
“Es insólito que durante un gobierno constitucional tengamos presos políticos”, reclamó Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. Antes de dar cierre a la conferencia de prensa, Almeida pidió a Lucía Topolansky que se pusiera de pie. “Para que todos podamos aplaudirla”, dijo. Al finalizar, la vicepresidenta uruguaya se acercó al escenario y las dos mujeres se fundieron en un cálido abrazo.