El fallo fue dictado por el Tribunal de Jurado del distrito de Garopaba, en el estado de Santa Catarina, que encontró culpables a los argentinos Eduardo Braun Billinghurst, Horacio Pozo y Carlos Andrés Gallino Yanzi del delito de lesiones corporales seguidas de muerte. En total, las penas suman 21 años de prisión en régimen semiabierto.

Un caso marcado por dilaciones

El crimen de Ariel Malvino ocurrió en la madrugada del 19 de enero de 2006, cuando el joven de 21 años, oriundo de Buenos Aires, quedó en medio de una pelea entre argentinos que habían salido de un bar en Ferrugem. Según testigos y lo determinado por la justicia, Malvino observaba la disputa sin intervenir hasta que su comentario sobre la actitud de sus compatriotas provocó la reacción violenta de los ahora condenados.

Gallino Yanzi comenzó a arrojarle piedras, obligándolo a retroceder. Luego, Pozo le propinó una brutal trompada desde atrás, lo que hizo que Malvino cayera pesadamente al suelo, golpeando su cabeza contra un empedrado. Mientras yacía inconsciente, Braun Billinghurst tomó una pesada piedra de 117 kilogramos y se la arrojó en el pecho. La víctima quedó gravemente herida en el lugar hasta que, 50 minutos después, fue trasladada al hospital, donde falleció tras una hora de intentos médicos por salvarle la vida.

Pese a la contundencia de los testimonios y las pruebas reunidas, el proceso judicial se extendió por 19 años debido a múltiples apelaciones de la defensa, la pandemia de Covid-19 y la complejidad del caso, que involucró a testigos y acusados de nacionalidad argentina. Finalmente, el Consejo de Sentencia degradó la imputación inicial de homicidio a tentativa de homicidio, permitiendo que un juez único dictara la condena por lesiones con resultado de muerte.

El agradecimiento de la familia

Tras conocerse la sentencia, los padres de Ariel, Alberto Malvino y Patricia Martin, emitieron un comunicado en el que informaron la noticia y agradecieron el apoyo recibido en estos años de lucha.

“Agradecemos a todos aquellos que nos acompañaron en este penoso camino, a los testigos que dieron su aporte decisivo para el veredicto final, a la fiscal Mirela Dutra Alberton, quien hizo su alegato brillante y emotivo por tres horas; a la fiscal adjunta Luana Pereira; al primer fiscal de la causa, Fabio Lyrio, y a todo el personal del Ministerio Público de Santa Catarina”, expresaron.

Los imputados no estuvieron presentes en la sala de audiencias y fueron representados por un equipo de seis abogados defensores. Ahora, deberán cumplir su condena en cárceles de Corrientes, cerrando así un capítulo de casi dos décadas de impunidad en un caso que marcó a la sociedad argentina.