Fuentes locales notificaron que una gran cantidad de ciudadanos buscaban escapar de ese lugar amenazado por una ofensiva rusa de gran envergadura en dirección a otras partes más seguras del país y frente a la estación se veían varios automóviles carbonizados y los restos de un misil.

La estación estaba repleta de maletas abandonadas, vidrios rotos y escombros, mientras que en el interior estaba cubierto de sangre debido al movimiento de los cuerpos.

Al respecto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, consideró en la red social Twitter que "el ataque con misiles de esta mañana a una estación de trenes utilizada para la evacuación de civiles en Ucrania es despreciable".

En términos similares se expresó el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, que condenó "con firmeza" el ataque contra la estación de trenes de Kramatorsk y acusó a Rusia de querer "cerrar las vías de evacuación" de civiles.

"Tenemos un gran número de víctimas en este momento como consecuencia del ataque de las fuerzas de ocupación rusas con misiles Tochka-U en la estación de trenes de Kramatorsk. Hasta el momento, 98 personas fueron trasladadas a hospitales. Esperamos que otras víctimas busquen ayuda médica dentro de uno o dos días, por lo que el número de víctimas estará cambiando constantemente", escribió el jefe de la Administración Militar Regional de Donetsk, Pavlo Kyrylenkoen Telegram.

Señaló que de los 98 heridos que fueron trasladados a establecimientos médicos, 16 eran niños, 46 mujeres y 36 hombres. Doce de ellos murieron en el hospital, en tanto 38 personas perdieron la vida en la estación.

El Ministerio de Defensa de Rusia, por su parte, rechazó las acusaciones de Kiev y las calificó como una "provocación". "Las fuerzas armadas rusas no llevaron a cabo ninguna misión de fuego en la ciudad de Kramatorsk el 8 de abril", dijo esa cartera.
Los misiles balísticos Tochka-U son utilizados solo por las fuerzas ucranianas, agregó en un comunicado.