Estos flagelos son algunos de los fenómenos de violencia digital que el avance de la tecnología digital trajo a la vida contemporánea a través de la manipulación y difusión de material íntimo no consentido.
   
Se trata de acciones ominosas que mancillan la dignidad de personas, especialmente mujeres, y dejan a su paso traumas y huellas psíquicas que en muchos casos no pueden desmontarse jamás.
   
El estigma moralizante que pesa sobre esas mujeres es doble cuando las víctimas, indefensas, no encuentran respuesta favorable en la Justicia, que se escuda en dudosos argumentos sobre la libertad de expresión.
   
La iniciativa había sido presentada en julio pasado con la presencia de la ex ministra de Mujeres, Géneros y Diversidad Elizabeth Gómez Alcorta y está inspirada en la "Ley Olimpia" que se sancionó en México en 2021 en homenaje a una joven que fue víctima de "porno extorsión" y "porno venganza" por parte de una ex pareja que divulgó una video sexual de ella sin su consentimiento.
   
La ley Olimpia mexicana es considerada una norma modelo en materia de legislación contra la violencia digital de género, abordando los delitos que violan la intimidad sexual de las personas a través de medios digitales, sancionando la difusión sin consentimiento de cualquier contenido íntimo.