En una de esas esquinas están sentada tres señoras y hablan con un volumen alto y una le dice a la otra algo de un lavarropas, pero la otra le responde “Bueno es el capitalismo, tenemos que entender que el Capitalismo…” Y yo seguí caminando y me vine pensando.

Sabrán esas tres señoras que el capitalismo como lo conocimos en el siglo XX ha muerto. Sabrán que estamos en una transición hacia algo que algunos denominan postcapitalismo u otros tecnofeudalismo.

Rara ¿no? Esa palabra ¿la escuchaste o la leíste alguna vez? Bueno, hacia ahí estamos transitando según algunos teóricos de la Economía y las Ciencias Sociales.

Vos circulás por distintas apps, pedís comida a través de ellas, comprás, transferís dinero, pagás el estacionamiento, muchas acciones de tu vida cotidiana pasan a través de ellas.

El tecnofeudalismo se basa en la extracción de rentas a partir de datos, propiedad intelectual y efectos de red.
Yannis Varoufakis señala lo siguiente “A diferencia de lo que ocurre con los medios de producción del capital tradicional, como los motores de vapor o los robots industriales modernos, que son medios fabricados, el capital en la nube no fabrica cosas, sino que está compuesto por dispositivos concebidos para modificar el comportamiento humano. Eso es lo que son Alex de Amazon o el Asistente de Google: un medio de modificación del comportamiento construido precisamente para eso. Es una máquina, una pieza del capital, a la que entrenamos para que nos entrene para que la entrenemos para que ella decida qué queremos. Y, una vez decidido lo que queremos, la misma máquina nos lo vende directamente, sin pasar por los mercados.” 

El algoritmo es quien nos induce a ver y consumir bienes que no necesitamos.  Hablamos con alguien y le decimos que necesitamos comprar unas zapatillas nuevas. Abrimos una red social y lo primero nos aparece es una oferta de zapatillas.
Hasta que punto somos consciente de nuestra actitud en la red. 

Según Cedric Durand “la digitalización del mundo no ha conducido al progreso humano sino a una gigantesca regresión en todos los ámbitos: restauración de los monopolios, dependencia, manipulación política, privilegios y una tarea de depredación global son la identidad verdadera de la nueva economía.”

Y ¿quiénes son en Argentina los representantes de este tecnofeudalismo? 

Marcos Galperín, dueño de Mercado Libre, paladín del e-commerce y cráneo de una multinacional digital que sueña con disputar la hegemonía latinoamericana con los titanes del norte; y los creadores de Globant, Martín Migoya, Guibert Englebienne, Nestor Nocetti y Martín Umaran, proveedores de servicios tecnológicos y de desarrollos informáticos que combinan el nuevo marketing digital con el mesianismo emprendedurista a lo largo y a lo ancho del mundo.  

Hoy estamos en crisis, los datos de inflación mensual, los índices de pobreza e indigencia en alza. La caída del consumo y ventas en baja. Los precios de cualquier bien durable o no durable son inalcanzables.

Pero mientras tanto alimentamos la nube con nuestros datos, nuestras necesidades, nuestros deseos y estímulos. Para que los nuevos señores del capital dominen nuestros cuerpos y conciencia. 

Caminamos mansamente hacia un sistema que gobierna la vida y sus formas, el cuerpo y sus deseos.