Los aumentos en Alimentos y bebidas, la división de mayor incidencia en el IPC, marcaron un récord histórico de 7,5%, es decir 2,6 puntos porcentuales por encima del registro previo.

A la cuestión estacional, que traccionó los precios en frutas y verduras tanto en enero como en febrero, se le sumaron incrementos superiores al 5% en lácteos, panes y cereales, y carnes.

En la zona Noroeste, donde se encuentra Jujuy, la inflación marcó un 4,9%

Uno de los datos más alarmantes de febrero fue que la inflación Núcleo, que no contempla cuestiones estacionales ni precios regulados por el Gobierno, trepó al 4,5% y encadenó 17 meses consecutivos por encima del 3%.

Mientras tanto, la categoría precios Estacionales arrojó un fuerte incremento de 8,4%, aunque inferior al 9% de enero. Por su parte, los precios Regulados subieron 3,1% (vs 2,8% del mes anterior).

La cifra oficial del INDEC superó a las estimaciones del sector privado, que según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central (BCRA) había previsto una inflación de 3,9% para el segundo mes del año.

En enero los precios habían subido precisamente 3,9%, impulsados por subas en Alimentos y factores estacionales, reflejados en aumentos como los de frutas y verduras o los verificados en la división Restaurantes y hoteles.

El acuerdo con el FMI prevé un aumento de precios de entre 38 y 48% para 2022. El ministro de Economía Martín Guzmán dijo en reiteradas ocasiones que para su cartera la inflación es un fenómeno “multicausal” y que, en ese sentido, su solución requiere de un enfoque integral que contemple tanto la acumulación de reservas (para evitar presiones sobre el dólar), como un financiamiento más sano del déficit fiscal (reducción de la emisión monetaria) y políticas de precios e ingresos (para coordinar expectativas).

Sin embargo, el mercado no cree en la proyección oficial. Según el último REM, el sector privado espera una inflación anual del 55%.

Como si fuera poco, a la inercia del proceso inflacionario argentino y la escalada en la inflación internacional tras la pandemia de Covid-19, se le suma ahora una nueva disparada en el precio internacional de commodities como los granos y la energía, a raíz del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, que podría tener mayor repercusión.