"Ayer fue un día importante. Estamos avanzando bien y cada día se está más cerca de la justicia. Seguimos fuertes para continuar viniendo y participar", señaló en diálogo con la prensa antes de ingresar al recinto.

Al ser consultada acerca del abrazo de ambos con el testigo Tomás Bidonde, Graciela expresó: "Era inevitable el abrazo. Me emocioné mucho cuando Tomás se acercó y me pidió perdón. No hay nada que perdonar, solo agradecer por venir y dar su testimonio".

“Con Virginia (Pérez Antonelli, es quien le hizo trabajos de reanimación a Fernando) sentí algo especial cuando la abracé y le agradecí por haber querido salvar a Fernando. Todos los testimonios que uno escucha son impresionantes, por eso estoy muy agradecida que ayuden en la causa”, manifestó.

Momentos de dolor y fortaleza

Además, manifestó: "Es muy fuerte. Cuando llegué a casa sentí que me odiaba. No quería que Silvino me hablara, solo estaba acostada. En un momento me puse a rezar y llorar para sacar todo lo que siento, después me calmo y me levanto de vuelta".

"Ayer que estuvieron sin barbijos quise mirarlos, pero me cuesta. Nunca me importó ni siquiera sus nombres. Como madre siento que no les importa, están en su mundo. Los mirás y es imposible comprender que chicos de la edad de Fer hayan hecho esto, deberían estar con sus familias", sostuvo Graciela.

Al ser consultados sobre la posibilidad de que los acusados rompan con el "pacto de silencio", manifestó: "Esperamos que no se nos acerquen. Espero que no lo hagan porque a esta altura no espero ni quiero nada de ellos".

Cabe destacar que Graciela en la segunda jornada del juicio oral y público, tuvo una descompensación y recibió asistencia médica, debido a que en ese día se reprodujeron las grabaciones de las cámaras de seguridad donde se visualizaba la brutal golpiza, las filmaciones son pruebas que señalan a los acusados como perpetradores del crimen.

La madre de Fernando día a día escucha los testimonios de lo que hicieron con su hijo, y está presente cuando visualizan vídeos donde se ve de qué forma actuaron los ocho rugbiers, a pesar de que afecta a su salud y estados de ánimos, Graciela y Silvino continúan firmes en pedir justicia.