De esta forma, en ocho meses de 2022 el Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumuló un incremento del 56,4% y si se compara con agosto del año pasado la variación trepó al 78,5%.

Con este resultado y el impacto que genera desde septiembre la quita de subsidios energéticos, se validan las proyecciones privadas que estiman que la inflación de este año será del orden del 100%.

El Gobierno esperaba un dato inferior al 6,5% para alentar la idea de una desaceleración, pero la cifra informada por el INDEC finalmente fue levemente inferior al 7,4% de julio.

Durante agosto el precio de los alimentos que revela el INDEC aumentó un 7,1%, con aumentos muy fuertes en panificados, aceite, frutas y verduras, lácteos, huevos y azúcar. En la comparación interanual los alimentos aumentaron 80%, o sea 1,5 puntos por encima de la variación general del IPC.

La indumentaria volvió a mostrar la variación más fuerte al trepar al 9,9% en el mes y alcanzar el 110% en un año. El comportamiento de la ropa y el calzado no encuentra freno y acumula varios meses de aumentos sostenidos.

Por incrementos en las tarifas, el rubro transporte observó un avance del 6,8%, situación que impactó de pleno en los bolsillos de los consumidores.

Los gastos de mantención de la vivienda (servicios y alquileres) tuvieron una variación del 5,5% en el mes, mientras que el equipamiento mostró un alza del 8,4%.

En la salud por los incrementos en prepagas y medicamentos la suba fue de 5,7%, porcentaje que se acelerará en los próximos meses dado que las empresas de medicina privada ya anunciaron una actualización en sus cuotas.

Por su parte, educación registró un alza del 5%, al igual que recreación y cultura que sostiene subas mensuales a partir de la recuperación del turismo. Al unísono y por este efecto, restaurants y hoteles observó una suba del 6,7%.

En tanto, la suba de los servicios de telefonía provocaron un salto de 4% en el rubro comunicación.