El magnate hizo pública la oferta hace 11 días, después de que se difundiera que había adquirido una primera participación del 9,2% en la empresa, que tras esta transacción dejará de cotizar en Bolsa.

Las negociaciones para cerrar un acuerdo se desarrollaron durante el fin de semana. El empresario pagará 54,20 dólares por acción para hacerse con una red social fundada hace 16 años y que se convirtió en este tiempo en un punto clave para el debate sobre temas políticos y sociales, y también sobre los límites de la libertad de expresión.

A pocas horas del anuncio, que se esperaba desde la mañana de lunes y estaba pendiente de una reunión del Consejo de Administración de Twitter, las acciones de la red social subían un 5%. La cotización se suspendió poco antes de la confirmación del acuerdo a través de un comunicado.

La operación supone un triunfo para Musk, de 50 años, que logró torcer la mano a Twitter, que había enviado en un principio señales inequívocas de que no aceptaría la oferta.

“La libertad de expresión es el cimiento de la democracia, y Twitter es la plaza digital donde se debate sobre temas vitales para el futuro de la humanidad”, dijo Musk en un comunicado.

Todo comenzó el 14 de abril, cuando Musk, que es uno de los más famosos y también más activos usuarios de Twitter, donde acumula más de 83 millones de seguidores, anunció que quería comprar la empresa para hacer de esta un lugar más acorde con su concepción de la libertad de expresión.

El consejo de administración de la red social reaccionó con el anuncio de que pondría en marcha una maniobra corporativa para dificultar que Musk, que también es consejero delegado de la aeronáutica SpaceX, se hiciese con el control de la plataforma tecnológica.

La cláusula, conocida en el mundo económico como poison pill (píldora venenosa), estaría vigente hasta el 14 de abril de 2023, por lo que permitía ganar tiempo a la dirección actual de la compañía, que vivió semanas de infarto desde que se reveló que Musk había adquirido el 9,2% de la empresa a principios de mes.

La cosa cambió cuando el fundador de Tesla reveló la semana pasada que disponía de 46.500 millones para hacer efectiva la compra. Ahí Twitter se lo pensó mejor y abrió la puerta a las negociaciones. Musk se vio el viernes con algunos de los mayores accionistas de la compañía para vender las bondades de su oferta, que definió como una decisión de “lo tomas o lo dejas” que aquellos debían adoptar con rapidez. Esa rapidez ha sido mayor de la esperada. Durante el fin de semana, hubo contactos intensos, según avanzó The Wall Street Journal, y este lunes finalmente se tomó la decisión.