Roger Martínez, a los 29 minutos del primer tiempo; Agustín Ojeda, a los 5 del complemento, y Juan Aguirre en contra, a los 11, le dieron el triunfo al equipo de Fernando Gago.

El elenco de Avellaneda logró revertir el resultado que sufrió en la ida -derrota por 4 a 2 en Colombia- y se metió entre los ocho mejores de América. En la próxima instancia habrá clásico, ya que se verá las caras ante Boca por un lugar en las semifinales.

Racing tuvo un inicio frenético, tal como se lo exigió el partido por las urgencias de revertir la serie. Así fue como a los 20 segundos ya tuvo su primera acción clara con un remate cruzado de Ojeda, quien dejó en claro que sería uno de los protagonistas de la noche.

El local acorraló a su rival y cuando logró serenarse, encontró el primer tanto de la noche: Martínez pegó un salto descomunal, tras una asistencia perfecta de Gabriel Rojas, y la metió en el ángulo superior derecho del guardameta colombiano, Harlen Castillo, que voló, pero nada pudo hacer.

Ya en el complemento Racing arrancó con todo y en solo cinco minutos consiguió marcar el segundo con una gran corrida de Ojeda, que recibió por la banda derecha, metió un pique frenético desde mitad de cancha y dentro del área definió entre las piernas del arquero para poner el 2-0, que a esa altura forzaba los penales.

Lejos de conformarse con lo logrado, los dirigidos por Gago se aprovecharon del debilitado -anímicamente- Atlético Nacional para convertir el tercer tanto de la noche. Martínez con su desequilibrio, fabricó una buena jugada individual y con un buscapié, la pelota impacto en Aguirre, quien marcó en contra de su propia valla.

El tramo final fue dramático para Racing ya que coqueteó con la posibilidad de un cuarto tanto, pero el mismo no llegó y sufrió con las malas noticias debido a las lesiones de sus figuras, Ojeda, que se retiró acalambrado, y Martínez, que sintió un tirón luego de un cambio de ritmo. 

Además, las alarmas se encendieron cuando el arquero Gabriel Arias se resintió en la pierna derecha, donde había sufrido una distención.

Cuando el árbitro marcó el final del encuentro se desató la locura dentro y fuera del campo de juego. Abrazos y cánticos para celebrar una gran remontada y seguir soñando con el máximo trofeo.