“El intento de asesinato de la Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, además de su dimensión humana, es de una enorme gravedad política e institucional. El pueblo argentino se conmocionó y salió a las calles a expresar su repudio. No hubo un solo acto de violencia. No hubo una sola vidriera rota. Era un pueblo conmovido reclamando paz y respeto en la convivencia”, destacó el Jefe de Estado.

“Necesitamos poder crecer en paz y unidos. Estos propósitos no lograremos concretarlos si no asumimos de una vez y para siempre la obligación que nos cabe de garantizar la convivencia democrática. Si es ese nuestro objetivo no les demos más espacio a los cultores del odio, a los que se valen de la libertad de opinar para difamar y desalentar al pueblo, a los que se encumbran en la democracia solo para desprestigiarla con discursos que no dejan de repudiarla, a los que siembran la violencia con el solo objeto de enfrentarnos”, afirmó.