Esto, sumado a los despidos masivos experimentados durante la gestión de Mauricio Macri, subraya la preocupante situación laboral en el sector. Además, esta medida afecta directamente a las comunidades campesinas e indígenas que se beneficiaban con los programas y proyectos impulsados por estas instituciones.

Desde diversos sectores, incluyendo el agro y el sindicalismo, se denunció la falta de interés del gobierno de Milei hacia los trabajadores y las políticas destinadas al sector agrario. Se repudió la difusión de estigmatizaciones y falsedades por parte de funcionarios gubernamentales, como el caso del vocero presidencial Manuel Adorni, respecto al funcionamiento y la labor del Instituto.

El cierre del INAFCI representa un claro retroceso en los derechos laborales y en el apoyo a los sectores más vulnerables de la agricultura familiar. Es esencial reconocer el trabajo realizado durante más de 30 años por este organismo y mantener políticas públicas efectivas que promuevan la soberanía alimentaria, la equidad y el cuidado del medio ambiente.

En Jujuy, donde la diversidad demográfica y cultural es notable, el trabajo de estos organismos fue fundamental para generar procesos identitarios y organizativos en comunidades indígenas y de pequeños productores. Se lograron avances importantes en proyectos productivos, mejora de alimentos, sanidad animal y acceso al agua, contribuyendo así al desarrollo sostenible de la región.

El cierre de estas instituciones no solo impacta en el empleo y en las políticas agrarias, sino que también representa un golpe a la identidad y al desarrollo de las comunidades más vulnerables de Jujuy y de todo el país. La defensa y el impulso de políticas públicas inclusivas y efectivas son fundamentales para garantizar un futuro próspero y equitativo para todos los sectores de la sociedad.