El incidente tuvo lugar en la localidad bonaerense de Zárate-Campana, donde el personal de Gendarmería alegó que el ómnibus carecía de la documentación adecuada. Santillán explicó la situación: "Nos enviaron para que vengamos al acto y lamentablemente nos detuvieron en Zárate-Campana. La Gendarmería dijo que le faltaba un papel al ómnibus. Nos quisimos bajar, pero no nos dejaron."

Ante la detención, el micro fue desviado hacia la Terminal Dellepiane, en el barrio de Flores, dejando en incertidumbre a los manifestantes sobre cómo regresarán a la provincia. "Nos quedamos sin colectivo y no sabemos cómo vamos a volver. No tenemos un peso, no tenemos comida, no tenemos nada", expresó el gremialista municipal.

Carlos Santillán comparó la situación con épocas pasadas: "Esto me hace acordar mucho a la dictadura o a los tiempos en los que regía el estado de sitio en la Argentina". El dirigente sindical denunció que se les ha coartado la libertad de expresarse y manifestarse, recordando que vienen a protestar en un estado de derecho amparados por la Constitución.

El motivo de la marcha era expresar el rechazo al DNU 70/2023 que desregula la economía y deroga múltiples leyes, incluyendo algunas laborales. La concentración estaba programada en la Plaza Lavalle, frente a Tribunales, para respaldar la presentación judicial de la CGT y otras medidas cautelares que buscan frenar los efectos del DNU firmado por el presidente Javier Milei.

En el marco de la movilización, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, implementó un protocolo de orden público para evitar cortes de calles, rutas y avenidas. Se establecieron controles de tránsito en los principales accesos a la Ciudad de Buenos Aires, uno de ellos en la zona norte bonaerense, donde fue detenido el colectivo en el que viajaban Santillán y otros militantes jujeños. La situación reflejó tensiones crecientes entre el gobierno y los manifestantes que buscan expresar su descontento frente a las políticas implementadas.