Desde el inicio del debate, Massa adoptó una postura agresiva, arrinconando a Milei con una serie de preguntas directas sobre sus propuestas. A diferencia de debates anteriores, donde Milei se conformaba con el empate, en esta ocasión mostró una notoria pérdida de iniciativa, permitiendo que Massa maneje los tiempos a su favor y desplegando una defensiva constante.

La hábil utilización por parte de Massa del faltazo del PRO al debate fue un golpe estratégico que resaltó las presuntas contradicciones entre Milei y el partido. Además, el ministro de Economía sacudió al candidato libertario desde el primer bloque al enumerar declaraciones de la campaña y obligarlo a confirmarlas "por sí o por no". Esta estrategia mantuvo a Milei a la defensiva, dejándolo dañado durante todo el evento celebrado en la Facultad de Derecho de la UBA.

Massa expuso las contradicciones de Milei con el PRO, resaltando el faltazo de esa fuerza al debate. Le pidió varias veces que conteste si mantenía la dolarización y la eliminación del Banco Central, haciendo hincapié en las similitudes con las propuestas de Patricia Bullrich en debates anteriores. Tras eludir el tema varias veces, Milei finalmente aceptó mantener la dolarización y eliminar el Banco Central, revelando su malestar con Macri al afirmar que la caída de poder adquisitivo comenzó en su gobierno.

En el segundo bloque, centrado en la relación de Argentina con el mundo, Massa defendió el vínculo con Brasil y China, mientras Milei intentó desmentir que rompería relaciones con esos países, limitándolas a acuerdos "entre privados". El candidato peronista recordó que son los Estados quienes firman acuerdos comerciales y fijan políticas sanitarias y arancelarias, debilitando la posición de Milei.

Cuando se abordó el tema de Malvinas, Massa logró un momento tenso al hacer admitir a Milei su admiración por Margaret Thatcher. Aprovechó la ocasión para revelar la presencia del general Martín Balza, héroe de la guerra de Malvinas, quien lo acompañó al debate. Milei se negó a ratificar si apoyaba la autodeterminación de los kelpers, y Massa zanjó la discusión declarando a Thatcher como que "fue, es y será una enemiga de la Argentina".

Uno de los golpes más impactantes de Massa ocurrió cuando reveló que el Banco Central rechazó mantener a Milei como parte de su staff al inicio de su carrera, insinuando que no pasó el examen psicotécnico. Esta chicana, junto con menciones a la necesidad de un presidente con "carácter", formaron parte de la campaña "Conan" lanzada en la última semana.

Además, Massa volvió a mencionar al Papa Francisco, atacado por Milei en la campaña, y sugirió que lo invitaría a una "visita de Estado" a la Argentina. Criticó la ausencia de dirigentes del PRO en el debate, afirmando que abandonaron a Milei en el salón y lo llevaron al "discurso de la chicana barata".

En la segunda parte del debate, Milei no logró asestar golpes significativos contra Massa, quien se mostró más propositivo. Aunque Milei intentó colar el mote de "ventajita" que Macri le atribuyó a Massa, este respondió desvinculándose de la polarización entre Macri y Cristina, enfocándose en la competencia entre ambos candidatos.

Milei, en un intento de contrarrestar la presión, recurrió a gags humorísticos, como comparar a Massa con Pinocho. También recibió el beneplácito de su público al recordar que cursó en la Universidad de Belgrano, destacando la diferencia con su rival, que defendía la universidad pública argentina.

A pesar de algunos intentos de Milei por desviar la atención y la tensión del debate, Massa se mantuvo firme en su estrategia y logró dominar la contienda. En el entorno del libertario, argumentaron que "Javier la bancó parado". En contraste, en el massismo se mostraron eufóricos con el desempeño del ministro, afirmando que "nació para un día como este".

A una semana del balotaje, el desempeño de Massa en este último debate podría influir significativamente en la percepción de los votantes y definir el resultado final de una contienda que cada día se vuelve más intensa.