A pesar de que las reservas de Argentina se mantienen en niveles bajos, alrededor de los US$24.500 millones, el ministro de Economía y candidato a Presidente, Sergio Massa, busca tranquilizar a los mercados, asegurando que el impacto no será tan significativo gracias al uso del swap con China y la utilización de los derechos especiales de giro (DEG), la moneda del FMI.

Tras efectuar este pago, se espera que las reservas brutas disminuyan hasta la zona de los US$21.000 millones, la cifra más baja durante la gestión de Alberto Fernández. Sin embargo, desde el Ministerio de Economía indican que se utilizarán los acuerdos existentes con China y los DEG para mitigar la caída de reservas.

El swap con China, un acuerdo que ha mantenido en secreto la tasa de interés que Argentina debe pagar, es una herramienta crucial en esta estrategia. Así buscará acelerar la liquidación de divisas a través de la generalización del dólar soja a todas las actividades hasta el 30 de noviembre, lo que contribuirá a mantener la estabilidad en el mercado de cambios.

Esta serie de vencimientos con el FMI se da en un momento de tensión entre Argentina y el organismo internacional debido al incumplimiento del acuerdo y la pérdida de reservas en octubre. Sergio Massa optó por postergar los compromisos de octubre hasta después de las elecciones, donde logró ingresar al balotaje como el candidato más votado, reduciendo así las expectativas de devaluación.

A principios de octubre, Massa resolvió aplazar los vencimientos con el aval del FMI debido a la caída de reservas y los primeros signos de una corrida cambiaria. Posteriormente, con la activación del segundo tramo del swap con China, anunció que "precancelaría" la deuda la semana pasada, lo cual finalmente no sucedió.

La liberación de yuanes del swap chino se convirtió en una medida crucial para evitar una devaluación antes de las elecciones, en un contexto de reservas netas negativas y una creciente corrida cambiaria. Dado el rechazo del FMI a proporcionar más recursos, Argentina recurrió a otros prestamistas como la Corporación Andina de Fomento (CAF), China y Qatar para cancelar vencimientos con el organismo.

En la cartera económica se estima que todavía quedan por utilizar US$1.900 millones de Derechos Especiales de Giro (DEG) del último desembolso del FMI, lo que significa que se deberá utilizar el swap con China para cubrir la diferencia. Además, antes del balotaje del 19 de noviembre, Argentina enfrentará otro vencimiento con el FMI, esta vez por unos US$800 millones. La liberación de estos fondos dependerá de una auditoría programada por el FMI en noviembre, que podría llevar a la liberación de otros US$3.400 millones.

Argentina sigue de cerca su relación con el FMI tratando de asegurar la estabilidad financiera y pagando la megadeuda que dejó la pésima administración de Mauricio Macri en el país.