Por otro lado Pichetto señaló que “no hay motivo alguno para intervenir Jujuy” y que toda iniciativa con ese objetivo “no tiene viabilidad”.

Fue categórico al argumentar que "Jujuy es una provincia atacada desde afuera", desnudando una "clara actitud insurreccional de grupos originarios duros, de izquierda y de bolivianos enviados por Evo Morales".

Por otra parte, resaltó que la coalición "repudia la construcción de violencia que se hizo desde afuera de la provincia" y advirtió que "muchos personajes violentos que estuvieron en Jujuy, fueron alentados y financiados para provocar desmanes con impunidad".

En esta línea de pensamiento, Pichetto lamentó que "el gobierno nacional asuma esta situación en carácter de observador, avalando la violencia, con un presidente que sostiene la patria piquetera".

En este escenario, afirmó que "es imperiosa la necesidad de un cambio que valide la justicia, la paz y el encuentro de los argentinos, terminando con estos grupos piqueteros que dominan a la gente necesitada" y añadió que "creen ser dueños de la vida de las personas, lo que quedó demostrado recientemente en Chaco".

"En Jujuy atentaron contra la nueva Constitución sin leerla y ahora plantean una supuesta represión al solo efecto de para profundizar el conflicto", apuntó.