Santillán, de 23 años y oriundo de la localidad de Ceres, no había llegado a escuchar el fallo de los jueces tras su pelea con el uruguayo, quienes resolvieron dar empate en decisión dividida.

Mientras se daba lectura al fallo, Santillán se desmayó y le tuvieron que aplicar oxígeno en el mismo cuadrilátero del gimnasio del club San Nicolás, escenario de la velada.

Había ingresado a la clínica con un pronóstico muy desalentador y debió ser operado por una inflamación en la zona del cerebro. Ya había sufrido dos infartos, uno durante la intervención y otro cuando estaba en terapia intensiva, pero lograron reanimarlo. Además, tenía los pulmones comprometidos.

La pelea entre Santillán y Abréu fue por el título latino ligero del Consejo Mundial de Boxeo y muchos afirman que no debió haberse realizado. El argentino venía de caer en el mes de junio en un duro combate que se resolvió por puntos ante el armenio -nacionalizado alemán- Artem Harutyunyan, en Alemania.

La Federación alemana tomó la decisión de no dejarlo pelear dentro de su territorio hasta el 31 de julio. Esta decisión no corría para la Argentina, aunque de haber sido informada podría haber influido para que las autoridades del boxeo argentino resolvieran si se podía realizar o no el cruce del pasado fin de semana.