En el primer control realizado sobre un medio de transporte, mediante el método no intrusivo “Scanvan”, se detectaron 4 equipos de audio con varios paquetes en el interior de cada uno de ellos y por la densidad de las imágenes podría tratarse de clorhidrato de cocaína.

Se procedió a dar intervención a la fiscalía correspondiente, quién autorizó la retención y apertura de los bultos, detectándose que los diferentes paquetes contenían un total de 21.169 gramos de cocaína, cuyo valor en plaza es de casi 48 millones de pesos.

La fiscalía interviniente ordenó la continuidad de las encomiendas, bajo el método de “entrega controlada”.

Para cumplir con el mandato judicial, se procedió a separar los bultos en dos paquetes, uno con destino a la localidad porteña de Liniers y otro hacia la ciudad de Córdoba.

Alertados del control realizado en La Quiaca, la Aduana de Córdoba decidió examinar otro medio de transporte de la misma empresa sobre la Ruta Nacional 9.

Al escanearse las encomiendas transportadas se observaron las mismas imágenes sospechosas y de similares características a las individualizadas en el control anterior, detectando la presencia de un equipo de audio con varios paquetes en su interior.

Con previa autorización de la fiscalía, se procedió a la apertura de los mismos encontrándose un total de 10.330 gramos de cocaína, valuados en más de 23 millones de pesos.

Al obtenerse la identidad y los domicilios de los destinatarios de las encomiendas, con el método de “entrega controlada”, se solicitaron distintas órdenes de allanamientos, en las cuáles se secuestraron otros 50 kilos de cocaína.