De una soldadura se escapó una chispa y comenzaron las llamas que tomó mas de una docena de puestos de venta y tuvo que intervenir la policía y el personal de bomberos.
La vieja Terminal de Ómnibus se convirtió en un polo de venta ambulante y de economía popular, pero también de desorganización en las calles y veredas. Algunos mas vivos también "manejan" los puestos de chapas precarias que están desde hace una década en las dos calles mas transitadas de la Dorrego.
La zona es altamente inflamable. Se vende desde ropa hasta juguetes y productos alimentarios. Un polirubro urbano difícil de definir. Pero los trabajadores ambulantes pagan sus puestos, aún cuando el peligro es latente: no existe ninguna protección policial o municipal, mucho menos un seguro integral para trabajadores y clientes.
Lo de este lunes por la noche fue un aviso. Un aviso mas para las autoridades municipales que no se ponen de acuerdo si estos puestos tienen o no permisos oficiales para estar instalados allí. Además, quién controla los otros locales comerciales de la zona y si éstos cuentan con las habilitaciones legales, y si quiere ir mas arriba: cómo están los permisos -ante los entes de control- del edificio de locales denominado "Bigmall" que tendría falencias en su construcción y ubicación.
La Municipalidad tiene la posibilidad de poder solucionar el tema utilizando alguno de los proyectos que se presentaron en diferentes oportunidades, como por ejemplo refuncionalizar la vieja Terminal con locales y peatonales amplias ¿no se puede acaso recuperar ese espacio para promover y consolidar la economía y venta popular?
Lo del voraz incendio de anoche fue un aviso.
Es tiempo de actuar antes de lamentar.