En 1812, las tropas españolas, superiores en número y armamento, avanzaban desde el norte, habiendo ya tomado la Quebrada de Humahuaca. Ante esta amenaza, Manuel Belgrano, al mando del Ejército del Norte, tomó la determinación de ejecutar lo que hoy conocemos como el Éxodo Jujeño. Esta audaz maniobra consistió en ordenar al pueblo jujeño abandonar sus hogares y llevar consigo todo lo que fuera posible, destruyendo lo que quedaba para evitar que cayera en manos enemigas. Así, se aseguró de que el ejército realista encontrara un terreno inhóspito y desprovisto de recursos, dificultando su avance y asentamiento.
La presidenta del Colegio de Profesores de Historia de Jujuy, Anahí Gareca, dialogó con La Voz de Jujuy y relató los hechos en la fecha emblemática de los jujeños.
"En principio el bando de Manuel Belgrano fue durísimo, igualó a las clases acomodadas, comerciantes y labradores, les dice: "dejan todo o los paso por las armas y los declaro traidores a la Patria", entonces es una sensación enormemente profunda la que tuvieron que escoger e irse, y eso implicaba no dejarle nada al enemigo" y agregó que "en este sentido, debemos recordar que el proceso de guerra en territorio jujeño implicó que cada vez que un ejército se asentaba en un pueblo podía utilizar todos los recursos que quisiera, por eso la idea de Belgrano de dejar la tierra arrasada".
Luego la profesora contó que "sobre la quema había una especie de maestranza, fábrica de armas o artillería, que hasta el 22 de agosto funcionó y ese mismo 22 de agosto terminan destruidas o quemadas, los pozos de agua se envenenan, algunas cosechas se van a quemar, no así las casas que habrán servido en un momento para refugio de los realistas, pero la realidad es que cuando llegaron, el panorama fue desolador, no había nada".
Sobre los posicionamientos políticos y de lucha que se dieron en ese 23 de Agosto, Gareca sostuvo que "del bando de Belgrano iba dirigida a todas las clases sociales, y los sectores subalternos, campesinos o indígenas, muchos de ellos que pudieron irse a refugiar en los cerros, lo hicieron; pero también hay una parte interesante y es la élite de Jujuy, la que no quería perder nada y decide pasarse al bando realista, entonces de los 2.000 jujeños que había en ese momento, quedan aproximadamente unos 400".
"La decisión de pertenecer a uno de los bandos era una decisión fundamental, la Patria misma siempre se ha visto enfrentada por dos ideologías o dos bandos opuestos, los realistas a favor de la Monarquía y los patriotas que estaban a favor de la Revolución", indicó.
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