En Jujuy, la marcha se extendió desde Calilegua hasta Libertador General San Martín, en el departamento Ledesma, para recordar las más de 400 detenciones y 33 desapariciones ocurridas durante la última dictadura cívico-militar en la región. En la ciudad de Buenos Aires, también se realizó una movilización hacia la sede del grupo Ledesma.

En su 47º edición, la histórica marcha denunció la impunidad de Carlos Blaquier, el dueño recientemente fallecido del ingenio Ledesma, y Alberto Lemos, ex administrador de la compañía y señalado como uno de los responsables de detenciones ilegales en el pasado. A la par, los manifestantes repudiaron la represión en Jujuy, dirigida por el gobierno de Morales contra aquellos que se oponen a la reforma constitucional.

Además de recordar el pasado, la protesta se vinculó con las actuales acciones represivas, en especial en Purmamarca, Humahuaca y San Salvador de Jujuy, donde se reportaron violaciones a los derechos humanos. 

La manifestación también contó con la presencia del secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti, quien se reunió con el juez a cargo de las causas de los manifestantes detenidos durante las protestas.

En diferentes puntos del país, se sumaron protestas solidarias en respaldo al pueblo jujeño y en rechazo a la reforma constitucional. Los manifestantes exigieron el cese de la persecución política y judicial, la libertad de los presos políticos y la derogación de la reforma.