Tanto la ley de Bases como el paquete fiscal se debatirán por separado y la votación será por capítulos, según quedó diagramada durante la reunión de labor parlamentaria que encabezó la vicepresidente y titular del Senado, Victoria Villarruel, con los jefes de los bloques. 

En el cónclave, los presidentes de los espacios acordaron que tendrán 10 oradores por bloque en el tramo que comprenderá la ley de Bases. El peronismo, que se divide en dos bloques, pero funciona como interbloque en la práctica, también se ajustará a la propuesta realizada por el oficialismo. 

Es decir, el bloque Unidad Ciudadana, que conduce Juliana Di Tullio (Buenos Aires), y el Frente Nacional y Popular, que lidera José Mayans (Formosa), se repartirán los 10 discursos de un total de 33 senadores que componen ambos espacios. Por otro lado, en el paquete fiscal la lista de oradores se reduce a 5 por bloque con la misma lógica que en Bases.

A esto se sumarán los discursos de cierre de los presidentes de los bloques y miembros informantes. A su vez, no descartan que la sesión pueda dividirse en dos partes con un cuarto intermedio como ocurrió en la Cámara baja durante el debate de la ley de Bases madre, en febrero pasado.

Esta modalidad vaticina una profunda discusión en Bases que contiene capítulos sensibles como facultades delegadas, privatizaciones, el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI). El dictamen de mayoría que logró llevarse el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el pasado 29 de mayo no conformó. Eso quedó plasmado con la gran cantidad de firmas en disidencia.

Por el lado del paquete fiscal, las dudas se posan sobre qué sucederá con la restitución de la cuarta categoría del impuesto a las Ganancias. La exención del 22 por ciento para los patagónicos no garantiza todavía el voto en bloque de los senadores sureños; algunos advirtieron que no lo votarán bajo ninguna alternativa que podría presentar el Gobierno. 

En los pasillos de la Cámara alta todavía remarcan la contradicción entre lo que propone la Casa Rosada en el Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI). De hecho, estos dichos coinciden con el comunicado de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM) que salió a cruzar la propuesta plasmada en el dictamen.

"La presión impositiva en Argentina es alta y altamente regresiva. Tenemos una oportunidad única para desarrollar un sector estratégico, pero aumentar las regalías, lejos de ser la solución inmediata para los desafíos económicos actuales, podría generar el efecto contrario", dice el texto de la entidad. 

Por otro lado, los representantes provinciales aspiraban a que, en primer lugar, se trate el paquete fiscal y que se incluya la recomposición en las jubilaciones que obtuvo la media sanción en Diputados el martes pasado. Esto cambió el escenario diagramado por La Libertad Avanza y puso en jaque el quorum. 

En este nuevo escenario, Villarruel se reunió con el senador y presidente de la Unión Cívica Radical (UCR), Martín Lousteau (CABA), quien presentó su propio dictamen de minoría. 

Antes de la pirotécnica acción de Carambia y Gadano, el Gobierno contaba con 38 voluntades para abrir el debate de mayoría. Ahora, sin los santacruceños, quedaría en 36. Por esa razón, Lousteau se volvió una pieza fundamental ya que su presencia le garantiza el piso 37 senadores presentes mínimo para habilitar la sesión. Despejada la duda por el quorum, el oficialismo se apresta a enfrentar un ajustado panorama de cara a la votación general y en particular.