La fábrica más tradicional de alfajores, dulces y galletitas de la provincia de Córdoba, tuvo que despedir a 23 de sus 29 empleados y frenó la producción por la caída de ventas en medio de la crisis económica.

Los trabajadores señalaron que la empresa debe "varios meses de sueldos y aguinaldos" y hay dudas sobre el pago de las indemnizaciones debido a la crítica situación financiera de la firma.

La empresa comenzó a registrar demoras en el pago de los salarios en 2016, dos años después de que Horwitz la comprara. Desde ese entonces, comenzaron los problemas en la planta, mientras los trabajadores pusieron el marcha una serie de reclamos para pedir la regularización de los pagos.

En ese escenario, habían tomado la fábrica como modo de protesta, pero las irregularidades continuaron y en el último período ya no se fabricaba parte de sus tradicionales productos.
Este año las cosas no mejoraron y debido a la caída de ventas ante la baja del consumo generalizado, dejaron sin trabajo a 23 empleados y con la posibilidad latente de cerrar sus puertas.