El presidente Mauricio Macri inauguró el 137° período de sesiones ordinarias del Congreso con un discurso que incluyó escasas referencias económicas, una marcada polarización con el kirchnerismo y un pedido de acompañamiento para profundizar los cambios iniciados en 2015.

Durante una hora exacta, el mandatario se dirigió a los diputados y senadores con un tono electoral, de cara al inicio de la campaña, donde se presume buscará la reelección. Aunque habló de la marcha de la economía, evitó en todo momento dar cifras exactas sobre el PBI, la inflación futura, el tipo de cambio, los salarios, el nivel de empleo, la desocupación, la salida de capitales, la presión impositiva, el consumo y el endeudamiento, entre otras variables.

“En 2015 dije que a la Argentina la íbamos a sacar adelante entre todos; lo que estamos haciendo no tiene vuelta atrás; hoy podemos decir que la Argentina está mejor parada que en 2015”, aseveró al inicio de su exposición, que por momento se interrumpió por los gritos de opositores y los aplausos del oficialismo.

“Si hubiésemos elegido el camino del atajo como otras tantas veces, estaríamos parados en relatos, y no. Estamos mejor parados que hace tres años, sobre bases sólidas. Empezamos por lo básico, creamos los cimientos, generamos las condiciones y estamos listos para avanzar”, enfatizó por cadena nacional.

El primer mandatario llegó al Parlamento escoltado por el Cordón de Honor del Regimiento de Granaderos a Caballo a las 10:56. Fue recibido por las autoridades parlamentarias y luego firmó el Libro de Honor, tal como lo prevé el protocolo oficial. A las 11:01 exacto la presidente del Senado, Gabriela Michetti, le cedió la palabra.

Durante los siguientes 60 minutos Macri habló de la lucha contra la corrupción y el narcotráfico, la revolución de los aviones, el DNU de extinción de dominio, la digitalización de los trámites del Estado, las evaluaciones educativas, la obra pública, el acuerdo con FMI, la despenalización del aborto, turismo, la política exterior y los vínculos con Venezuela, entre otros temas.

La sesión incluyó furcios presidenciales y una sorpresiva visita de una diputada expulsada de Cambiemos que no pudo asumir, los clásicos carteles sobre las bancas con reivindicaciones opositoras y algunos abucheos e insultos desde las tribunas.


Economía

El líder del PRO se limitó a decir que "hoy estamos resolviendo problemas que no son coyunturales, sino estructurales” y aseguró que su gobierno sufrió tres shocks económicos imprevistos: la salida de capitales emergentes, la sequía y la causa de los Cuadernos de Centeno. “Nos agarró a mitad de camino, estábamos saliendo, curando los cimientos podridos”, se lamentó.

Veo una Argentina creciendo, despertándose, con ganas de hacer".

En esa línea, justificó el fortísimo ajuste presupuestario encarado por su administración en el último año. “Si no hubiésemos tomado las decisiones que tomamos la economía hubiese colapsado”, dijo, y destacó que durante los tres años de gestión aumentaron las exportaciones e importaciones, se registró durante algún tiempo una tendencia a la baja de pobreza y que se crearon 700.000 puestos de trabajo.

En este marco, remarcó que el plan Pobreza Cero es un “horizonte”, un camino a seguir. “La pobreza no desaparece si se deja de medir. Teníamos una pobreza de 32,2%. No era un dato, reflejaba una realidad maquillada”, enfatizó.

"Desde que comenzamos a medir la pobreza vimos una tendencia a la baja durante dos años seguidos en los cuales 2 millones de argentinos pudieron superarla", afirmó para luego admitir que hoy "la pobreza volvió a niveles de antes".

Si hubiésemos elegido el camino del atajo como otras tantas veces, estaríamos parados en relatos".

El Presidente también justificó los aumentos de tarifas de los servicios públicos. Según consideró, durante años el kirchnerismo hizo “creer a los argentinos que la energía no valía y así era imposible crecer”. "En energía estábamos en un callejón sin salida. Si seguíamos así, el que no tenía conexión a la electricidad y al gas, jamás la iba a tener", señaló el jefe de Estado, y detalló que hoy hay en marcha 98 proyectos en construcción de energía renovable.

Sobre la suba generalizada de precios, pronosticó que desde este año “esperamos una baja sustancial de la inflación”, aunque no dio una cifra o estimación certera para 2019. El presupuesto aprobado a fin de año pasado calculó 23%, a pesar de que los privados ya hablan de un piso de entre 30% y 34% anual.

Sobre el cumplimiento de la meta de déficit cero acordada con el FMI, sostuvo: "Lograr un equilibrio fiscal sin parches en el presupuesto de 2020 y 2021 será el acto de justicia social más importante que hayamos hecho en 70 años" y anunció que "usando la cláusula de acuerdo con FMI que nos permite modificar algunas cuestiones decidimos aumentar a partir de este mes un 46% la Asignación Universal por Hijo (AUH), que hoy tiene 4 millones de beneficiados". La Anses informó que los planes subirán de $ 1.816 a $ 2.644, con un costo fiscal de $ 15.000 millones


Corrupción

Macri celebró la sanción de la ley del arrepentido para combatir la corrupción y defendió su decreto de necesidad y urgencia sobre la extinción de dominio. “Se volvió una pieza clave para el avance de las causas judiciales”, sostuvo, y agregó que “lo que estamos haciendo es importante, de verdad y para siempre”.

“Queremos recuperar los bienes de la corrupción y que cada uno diga dónde está parado y a quién va a defender”, recalcó, y añadió: “Se acabó el tiempo en que los delincuentes se salen con la suya mientras la mayaría trabajamos para sacar el país adelante”.


Venezuela

Macri fustigó a Nicolás Maduro, reivindicó la autoproclama de Juan Guiadó y volvió a pedir por más democracia en el país caribeño. “En 2015 los ejes de la política exterior eran la alianza con Venezuela y el pacto con Irán. Hoy recuperamos el rol positivo de la Argentina en la región y en la escena global. El apoyo del mundo quedó claro especialmente en la cumbre del G20”, recalcó.

Asimismo, dijo que durante el gobierno de Cristina de Kirchner “se construían enemigos ficticios, apelando a un nacionalismo cobarde que evitaba hacerse cargo de los problemas domésticos”. Pero que además “se profundizaba el aislamiento y el mundo nos daba la espalda”.


Por 30 años más

Sobre el final del mensaje, el Presidente ensayó un tono emotivo y se dirigió a los legisladores. “Los convoco a hacer un acuerdo para proyectar a la Argentina para los próximos 30 años, donde todos cedamos algo pensando en el conjunto, especialmente lo que tiene privilegios. Solo así vamos a lograr tener un país con más igualdad y solidaridad para todos”.

En clave electoral, a los argentinos les dijo que “estamos creando las condiciones para ese crecimiento que necesitamos” y dejo un recado: "Nuestro tiempo es hoy, no dejemos que los predicadores de la resignación y el miedo le ganen a la esperanza".

En el último tramo de su discurso, dijo casi a los gritos y en medio de los aplausos de los legisladores de Cambiemos: "Juntos nos hemos comprometido a hacer una sociedad en serio. ¡Vamos argentinos, vamos con pasión, juntos lo vamos a sacar adelante, vamos Argentina!".

Fuente: Ámbito.com