"Las altas temperaturas del verano aumentan el riesgo de incendios forestales. Los pastizales y los bosques van perdiendo su humedad y se transforman en depósitos de combustible que quedan expuestos a la acción de las personas", destacó la APN.
Y agregó: "En este escenario, con pastos secos y leña acumulada (combustible), uno de los tres componentes del llamado 'triángulo de fuego' está a disposición y podría desatar un incendio. Si a esto se suma el viento (oxígeno) y una fuente de calor (fogata, chispa, colillas), el ciclo se completa aumentando el peligro".
Según la APN, "los focos de incendio se inician cuando se pierde el control en la manipulación del fuego. Una vez que las chispas, el calor de un fogón o la brasa de un cigarrillo se dispersan, generan nuevos fuegos que se multiplican con la velocidad del viento, hasta alcanzar una importante escala que los hace difíciles de extinguir".

Las recomendaciones

1. Hacer fuego sólo en lugares habilitados, cuando el índice de riesgo es bajo o moderado. Este índice se actualiza diariamente al mediodía, y los tableros indicativos se encuentran en lugares visibles de las áreas de uso público y en los ingresos a los Parques Nacionales.

2. Si están haciendo fuego en los lugares habilitados, nunca lo pierdan de vista.

3. Asegúrense de tener a mano recipientes con abundante agua.

4. Nunca hagan fuego debajo de los árboles.

5. No arrojen colillas de cigarrillos ni fósforos al suelo en áreas protegidas. Eso puede ocasionar incendios.

6. Regresen con su basura. Las latas y vidrios pueden ocasionar incendios.

7. Para apagar el fuego correctamente y apaguen el fuego con abundante agua.

8. Remuevan las cenizas para verificar que no queden brasas encendidas.

9. Arrojen agua sobre las piedras y alrededor de la fogata, de forma tal que el fuego quede totalmente extinguido.

10. Asegúrense de que todo el lugar quede frío.