El funcionario nacional sostuvo que "la sequía de los últimos tres años y el cambio climático global hacen que los incendios sean más extremos y que su magnitud se perciba aún más".

"En la Argentina el contexto local se da por la sequía extrema y de una prolongación inusitada, la falta de humedad debido a la falta de lluvias y temperaturas promedio altas que generan olas de calor y esto se repite en casi todo el país. Pero esto no sólo pasa acá: pasa en Canadá, España, Francia, en latitudes similares a las nuestras", comentó.

Además, Federovisky sostuvo que una de las características de las temporadas de incendio es que empiezan a tener límites más difusos: "Ahora es una sola temporada a la que se sumó la bajante del Paraná, lo que hace que la zona del Delta que no tenía temporada seca ahora la tenga y aparezca como una zona propensa a los incendios".

El viceministro explicó que los incendios que se vienen produciendo estos últimos tres años son llamados de sexta generación porque se dan "por la ausencia de humedad y presencia de altas temperaturas", y que por lo tanto para la temporada de verano no se preparan de manera diferente a lo que vienen haciendo durante todo el año.

"Tenemos la aparición del fuego como resultado de la emergencia hídrica que estamos atravesando. A esto se suman las personas que inician el fuego para algo personal y es un coctel que nos lleva a situaciones verdaderamente muy difíciles", alertó.

Al ser consultado sobre la intencionalidad de los incendios, sostuvo: "No es falta de conciencia, sino de solidaridad de las personas que prenden fuego y que no desconocen la sequía porque son las mismas personas que van a pedir por la pérdida de sus cosechas por el tema de la sequía".

En el reporte de este sábado, el Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF), que depende del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, informó que son cinco las provincias que mantienen focos activos: Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca y Entre Ríos.