Esta iniciativa es significativa, ya que el FMI se autodefine como un "prestamista de última instancia", pero en la esfera geopolítica, este rol estuvo bajo debate. Argentina, siendo su principal deudor, y cubrió parte de sus vencimientos con desembolsos de otros organismos, como la CAF, y obtuvo créditos puente bilaterales de países como Qatar y China.

Además, las tasas de interés aplicadas por el FMI, que se basan en las tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos como referencia, se volvieron considerablemente más altas en los últimos dos años. Según fuentes del equipo económico argentino, los créditos del FMI ahora tienen tasas de interés más elevadas en comparación con otras entidades financieras como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial y la CAF. Incluso, en este momento, los préstamos de China y Qatar son menos costosos que los del FMI.

La razón de este encarecimiento se debe en parte a que Argentina forma parte del grupo de países que pagan sobrecargos según la política del FMI. Según esta política, si un deudor toma un crédito que excede el 187.5% de su cuota asignada, debe pagar un recargo de 200 puntos básicos en la tasa de interés. Este recargo aumenta a 300 puntos básicos si la deuda continúa por encima de ese porcentaje durante tres años.

El gobierno argentino se mostró optimista acerca de que habrá avances en esta cuestión antes de fin de año, ya que Georgieva le confirmó al presidente Fernández su intención de plantear la eliminación de los sobrecargos en la próxima reunión del FMI en noviembre. Esto podría significar un importante alivio financiero para Argentina y es el resultado de años de esfuerzos diplomáticos para obtener apoyo en diversos organismos y foros internacionales.

La posible eliminación de los sobrecargos por parte del FMI representa una noticia positiva para Argentina, que podría ahorrar aproximadamente $1,000 millones al año si esta iniciativa es aprobada en la próxima reunión de directorio en noviembre.