El equipo de Jürgen Klopp golpeó muy rápido: cuando iban apenas 23 segundos, el árbitro marcó penal por una mano de Sissoko, que Mohamed Salah cambió por gol.
A pesar de intentar recuperarse, el equipo del argentino Pochettino se encontró con un rival bien parado y listo para salir rápido de contra. El partido se hizo opaco. Liverpool estaba cómodo con la ventaja e invitaba a Tottenham a que avanzara.
El segundo tiempo los Spurs aceleraron un poco más. Necesitaba un gol que le permitiera volver a jugar con paciencia. Liverpool, mientras tanto, retrocedía cada vez más.
Con algunas jugadas de peligro, el equipo de Pochettino fue por un empate agónico. Rodeó a Liverpool, lo encerró en su propio territorio y buscó por arriba un cabezazo que le permitiera llevar el partido a la prórroga. Pero en los intentos de los Spurs, Alisson fue fundamental para atajar todo lo que le tiraron.
Con la cabeza puesta en el ataque, Tottenham descuidó su última línea y así fue que los Reds cerraron la faena con un tanto de Origi el verdugo del Barcelona en semifinales con tres goles. Ya no quedaba nada más por hacer: el poderoso Liverpool ganó la sexta "Orejona" en su historia, luego de las ediciones 1976-77, 1977-78, 1980-81, 1983-84 y 2004-05.